11.11.14

Para muestra, basta un botón.

Odio las frases hechas y los lugares comunes. Como pendeja que roza los veinte me joden profundamente los clichés. Pero en esto tengo que reconocer que me sirve la frase: para muestra, basta un botón.
Hoy tuve mi primera reunión de consorcio. Mejor dicho, hace un rato tuve mi primera reunión de consorcio: vengo de mi primera reunión de consorcio. Y es increíble cómo me llevó a entender cosas súper generales, llámese a nivel nacional, llámese en relación a la idiosincrasia, o lo que sea. Pónganle el nombre que quieran, el punto va a ser el mismo.
Empecemos por el hecho de que sólo una mujer mayor y yo llegamos puntuales. Se me ocurre que no es tan difícil salir del departamento, tomar el ascensor, y llegar a tiempo al hall del edificio. Tránsito no hay, no me pueden decir que los agarró un piquete ni un accidente…La mayoría veníamos de nuestros departamentos, no seamos hipócritas.
Sigamos por el hecho de que apenas rozamos las diez personas presentes, cuando tendríamos que haber sido bastantes más (si contamos que hay diez pisos y cuatro unidades en cada uno, saquen la cuenta). Nunca faltan los fantasmitas cuando hay que decidir algo. Ni hablar de los deudores, a ésos no les ves ni un pelo, nunca, jamás. Parece que no salen del departamento ni a comprar comida, son como ermitaños extremos. Sumado a los deudores que no quieren asomar la nariz (¿creerán que se las van a expropiar para cancelar la deuda de las expensas?) tenés a los que realmente no les interesa ni medio ir. Claro, es tan difícil bajar seis pisos por ascensor…
Podemos mencionar que había varios tipos de personas ahí: un par de viejitas que estaban dispuestas a que les aumentaran las expensas una barbaridad porque “total todo aumenta”, un par de señores que firmaron el acta y se fueron porque decían que estaban “de acuerdo con cualquier cosa que decidan”, una mujer que se oponía y no proponía, pero se acoplaba a lo que decían los demás sin pensar si era justo, y un par de jubilados recientes que para quejarse estaban mandados a hacer, pero para tirar una propuesta ni de chiste.
Ah, y yo. Casi veinte, ex modelo ONU, estudiante de Comu…para el debate y el cachengue, la personalidad ideal. La única que propuso cosas concretas en vez de quejarse en abstracto, aún cuando juro que no entiendo nada de balances, contabilidad, saldos. La única que tuvo los ovarios para plantarse frente al chanta del administrador de una, y decirle que 30% era un robo. La única que argumentó…por el bien de todos.
No se piensen que lo digo para mandarme la parte. Tengo bien en claro que mi impulsividad y mi bocota me pueden dar problemas algún día, pero no me puedo callar si siento que las cosas están mal, y con más razón si mi palabra tiene algo de peso. Lo digo por otra cosa, y acá pesa la frase. Lo digo porque en algo tan simple, engorroso, y aburrido como una reunión de consorcio vi reflejada nuestra realidad como país.
¿Cómo? Simple. Tenés los mismos personajes: el que no aparece porque debe o porque no le importa, el que deja hacer sin estar presente, el que decide estando ahí pero sin reflexionar demasiado, los que se quejan de cualquier cosa, los chantas que te quieren convencer, los que no proponen pero siempre adhieren (que quizás quieren proponer y no se animan, o quizás tampoco tienen ganas de pensar). Y los que finalmente toman la batuta, la palabra, y los ovarios/huevos para proponer algo concreto.
¿Otro cliché? “La juventud está perdida”. MITO. Una piba de diecinueve acaba de salvarle el culo a medio edificio. Perdidos están todos esos personajuchos que nombré más arriba, y perdidos todos porque abundan mucho más que los valientes que se mueven. Que muchas veces somos los jóvenes.
Y para cerrar, frases célebres de la reunión de hoy: “si te tiran basura al patio, sacá un chumbo y dispará”; “si la expensa te parece muy cara andate a vivir a la provincia, a una casa”; “y total todo aumenta, si este país…”; “cada uno se tiene que pagar su arreglo” (hablando de arreglos que SÍ correspondían al consorcio por diferentes motivos); “así estamos”.
Yo creo que hablan por sí solas y no tengo que aclarar nada, salvo esto: si así estamos, también es por gente como ustedes. Y me canso de repetir siempre lo mismo: HÁGANSE CARGO MACHO. Somos grandes, apechuguen y déjense de joder…a ver si se les cae una idea.

28.10.14

No confundamos los tantos.

      El caso de Casey Wander marcó agenda, eso sin duda. Es que a todos nos resulta un poco raro ver a un pibito de once años deshaciéndose lo más pancho en elogios hacia algo tan complejo de analizar como lo fue y lo es aún el kirchnerismo. Pero pisemos el freno: que nos resulte raro, o chocante, o sorprendente, o la mar en coche, no nos da derecho a portarnos como animales. No nos autoriza a mandarle tweets irónicos o insultantes, no nos autoriza a decirle de todo y a exponerlo por Internet como si nada. Si tenés veinte años y criticás a un nene de once por "hacer cosas estúpidas", pero al mismo tiempo te burlás en vez de argumentar como la gente, me parece que tenés que callarte y chequear tu posición.
      Yo tampoco creo que el chico piense eso por sí mismo. A los once años no terminamos de entender ni de chiste el entramado del aparato estatal, ni el funcionamiento del sistema democrático (mucho menos sus vericuetos y desilusiones), ni cómo carajo se gobierna un país, cosa que en realidad se aprende sobre la marcha -si te toca hacerlo- porque nadie te lo puede enseñar. Aunque haya muchos twitteros, facebookeros, y pobres diablos que se hacen los que saben, y pretenden tener la verdad cuando, con suerte, tienen una opinión. Y digo con suerte, porque a veces sólo tienen discursos mediáticos empobrecidos.
      Tampoco me parece bien el adoctrinamiento de un chiquito de once años cuyos compañeros quizás ni saben el nombre de la Presidente. No estoy en contra de que se formen una opinión, pero inculcársela a la fuerza me da tanto asco como la imposición de la religión cuando son demasiado chicos como para pensar si la quieren aceptar o no. Primero hay que entender, además, el funcionamiento del sistema político para después aceptar tal o cual postura. Aún en edad de votar a veces se dificulta elegir, delinear la ideología del futuro gobernante. No es joda. Ah, y digo ideología porque TODOS la tenemos, si no es común hacerla consciente (la opción más razonable, porque si la hago consciente la puedo revisar y replantear) es otra cuestión.
      Si el chico repite como un loro es algo que a priori no podemos saber. Para ello deberíamos conocerlo y conocer a la familia, y ése es un trabajo que nadie se va a tomar (seamos realistas). Pongamos que es mitad repetición y mitad opinión, o repetición pura, o cualquier cosa: tiene derecho a decirlo y punto. Y acá hay dos aspectos que creo fundamentales acerca de los que saltaron a censurar. Una es que son los mismos hipócritas que en nombre de la libertad de expresión defienden a Clarín y La Nación, y callan al resto a gusto y piacere sólo porque no coincide lo que dicen los demás con lo que piensa su cerrada cabecita. Si la libertad de expresión existe, mal que les pese es para todos. Dos, es que al mismo tiempo que critican a Casey por repetir como un loro, ellos mismos repiten discursos mediatizados e institucionalizados sin darse cuenta. Es decir: el muerto se ríe del degollado. ¿Vieron que ustedes también repiten como loros?
      Por eso digo que no confundamos los tantos. No le echemos la culpa a nadie más que nosotros mismos si la sociedad está llena de gente hipócrita y violenta: significa que pensamos poco antes de hablar o actuar. Empecemos a hacernos cargo de lo que decimos o hacemos, a ver si cambia la cosa. Si enarbolamos la bandera de la libertad de expresión, no pretendamos después horrorizarnos ante la opinión diferente. Y si decimos que alguien tiene lavado el cerebro, primero preguntémonos si no lo tenemos lavado nosotros.

18.10.14

Luciano Arruga: justicia pendiente.

Cuando la institución que se supone debe cuidarte te pone en peligro. Cuando la víctima es construida como culpable por su clase social. Cuando el poder se constituye en asesino, en encubridor, en artífice de la desaparición de una persona en plena democracia. Cuando casi seis años de lucha siguen sin ser suficientes.
Entonces, en ese momento, ¿cómo esperar justicia?

Luciano Arruga hoy tendría 22 años, pero no los pudo cumplir.
Luciano Arruga desapareció el 31 de enero del 2009, cuando tenía 16 años. Fue víctima de los vestigios del aparato represor del Estado, de la corrupción, del apriete policial, de los negociados del poder.
Su muerte fue encubierta como un accidente de tránsito, en una compleja operación que implicó a la Policía Bonaerense de la localidad de Lomas del Mirador, operarios de una ambulancia del SAME, y personal del hospital Santojanni y del cementerio de la Chacarita. La persona acusada de atropellarlo en Mosconi y General Paz fue sobreseída, porque “las pericias demostraron que manejaba a velocidad normal”.
Sin embargo, la investigación ha revelado otra cosa. La verdad tras el caso de Luciano parece ser igual a la de tantos otros: discriminación, corrupción, torturas, muerte. Abuso de poder.

22 de septiembre del 2008, primera detención de Luciano Arruga en el destacamento de Lomas del Mirador, partido de La Matanza; el motivo, desconocido, inexistente.
Hacía unos meses, el adolescente les había contado a su mamá y a su hermana que la Policía le había ofrecido “trabajar para ellos”: robar. Él se negó, y comenzó el calvario. Detenciones sin motivo aparente, maltratos, amenazas, miedo. Luciano estaba asustado y no quería salir de su casa.
Los policías del destacamento de Lomas del Mirador habían sido pedidos por los vecinos, en reclamo de más seguridad. Lo irónico: funcionaba en la Comisaría Novena, conocida en la dictadura como centro de detención clandestino.

La muerte de Luciano quiso encubrirse bajo un accidente de tránsito. Si bien la autopsia puede llegar a coincidir con esa versión, puesto que se determinó que el deceso fue causado por graves traumatismos, la Justicia cree que esas heridas pueden haber sido hechas para tapar otras, y se seguirá indagando sobre el tema.
Son muchas las versiones que indican la tramoya escondida tras la muerte de Luciano. Hay testigos que denuncian haber visto cómo lo “levantaban” en un patrullero de la Bonaerense y lo llevaban al destacamento, que no estaba habilitado para la detención de personas; los demás detenidos (también irregulares) aseguran que fue golpeado y duramente torturado.
Por otra parte, peritajes hechos con perros demostraron que Luciano había estado en el destacamento y en uno de los patrulleros, que curiosamente tenía, en su registro electrónico, datos de haber circulado por un descampado que no estaba en su ruta habitual.
Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se denuncian numerosas irregularidades en la causa. Entre ellas, podemos nombrar los cinco días que tardó la denuncia en llegar a la Justicia, tiempo en que la defensa cree que se borraron pruebas clave, y la delegación de la causa en la misma policía implicada. También el hecho de que la causa haya sido caratulada como “averiguación de paradero”, y que recién en el 2013 la lucha de la familia por cambiar la carátula a “desaparición forzada” (con lo cual la causa pasaba a la Justicia Federal) haya rendido frutos.
Hasta ahora son ocho los policías implicados en la investigación, que fueron desplazados de la fuerza en 2013 pero que no fueron procesados.
Es central que pensemos una cuestión. Si Luciano realmente murió como consecuencia de un accidente de tránsito, ¿por qué no se notificó a la familia como corresponde en casos así? ¿Por qué se lo enterró como NN en el cementerio de la Chacarita si su muerte fue un accidente?
No esconde nada quien no tiene nada para esconder.

En el año 2010, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas entregó un documento de observaciones finales a la Argentina, donde, entre otras cuestiones, calificaban el caso de Luciano Arruga como una desaparición forzada, e instaban al Estado a terminar la investigación, en relación a torturas, tratos inhumanos y degradantes. El informe denuncia la gran cantidad de denuncias en la provincia de Buenos Aires, pero la falta de datos fiables a nivel país, así como la falta de estadísticas sobre la situación penal de los menores. Existe, para el organismo, una falta en la promoción y protección de los Derechos del Niño, resultante en malas condiciones de detención, torturas, e irregularidades de todo tipo.
¿Las propuestas? Formación integral de la policía en cuestiones de Derechos Humanos y del Niño, política de cero tolerancia con la tortura, agilización del registro y seguimiento de este tipo de denuncias, y más control y observación sobre estas gravísimas cuestiones.
¿Los resultados? Aún no se han visto.

Luciano Arruga apareció ayer, 17 de octubre del 2014, tras casi seis años de ausencia. Si bien nos genera una sensación de triunfo, el camino que queda es arduo y largo. La familia debe seguir el tortuoso proceso judicial, con la esperanza de que finalmente se logre condenar a los culpables. Ahora queda la peor parte: lograr que el mecanismo anquilosado y corrupto se ponga en marcha y haga, aunque sea una sola vez, lo que debe hacer de verdad.

La familia del adolescente desaparecido transformó la comisaría donde lo torturaron en un centro de contención para víctimas de la vasta violencia institucional. En un país donde el Estado no aparece para contener, ni para investigar, dar respuestas, o integrar, la tarea siempre termina recayendo en los ciudadanos comunes, y muchas veces en aquellos ciudadanos comunes que han sido tocados de cerca por estos fenómenos.
La clave puede encontrarse ahí: integrar desde abajo si desde arriba no se hace. Pelear la batalla contra la exclusión, contra la criminalización, desde cualquier lugar donde se pueda.
No rendirse nunca hasta no conseguir una sociedad más integradora que no escupa a los mal llamados “pibes chorros” hacia afuera.

El caso de Luciano es clave para terminar de entender fenómenos que se quiere esconder bajo la alfombra en nuestro país: la criminalización de la pobreza, la violencia institucional, el gatillo fácil, los negociados policiales. El estereotipo instalado del “pibe chorro”, la constante discriminación y el aparato mediático cierran este proceso social de exclusión que empieza en lo económico y termina en lo social, tocando en el camino aristas institucionales, políticas, culturales, jurídicas. La vida de los jóvenes como Luciano no es importante para muchos sectores de la sociedad.
Con su muerte gritaron uno menos.
Nosotros, con su aparición, nunca más.



6.5.14

*Tun, tun, tun*

Su atención por favor, Pochoclo Cósmico le informa que el servicio se encuentra interrumpido por parciales, y se reanudará el viernes 9, luego de los mismos. Disculpe las molestias.
Me hago la gila cuando debería estar estudiando.

5.5.14

Para eso SÍ manifiestan.

Voy a meterme en un tema personal, aunque no lo suelo hacer, pero estoy demasiado indignada como para dejarlo pasar. El que no esté de acuerdo con mi postura personal sobre el tema que no siga leyendo, porque en este punto me pongo inflexible, y no lograrán convencerme, al menos por ahora.
Hecha la aclaración, estoy furiosa. Furiosa porque ahora resulta que drogarse en paz es el máximo motivo por el cual se manifiestan algunos, o el único debería decir para ser más exacta. Furiosa porque no son capaces de protestar por cosas más importantes, pero sí por esto. Claro que cada uno protesta por lo que se le canta, pero podemos ponernos de acuerdo en que manifestar por la legalización de una droga (que lo es, digan lo que digan) no es lo mismo que manifestar para pedir justicia por la muerte de un pibe inocente y laburador, por ejemplo. Y en los casos importantes, estos boludos se esfuman. En la marcha de Lautaro Soto no estuvieron, por concretar el ejemplo anterior, y eso que era en Luján. Pero claro, sí encuentran el tiempo de llegar a Capital para lograr llenarse los pulmones de humo en paz.
La marihuana es una droga, y no me vengan a decir que no. Desde el momento en que el humo te entra al cuerpo te hace mal, no me jodan. Crean lo que quieran: conozco gente que se arruinó la vida faseándose. Y mi frustración de querer hacer algo por una de esas personas tiempo atrás , a quien nunca pude ayudar en nada, me lleva a pararme en este lugar que parece tan inflexible.
Sean capaces de reflexionar sobre lo que le hacen a su cuerpo, que es el único que tienen. Ah, y repiensen esto de manifestar nomás por algo que te toca a vos. Porque yo a Lautaro Soto no lo conocía, pero a la marcha fui igual. Y aunque no manifieste marchando, manifiesto cosas todos los sábados en la radio, para tratar de informar a la gente y denunciar cosas (si nunca me escuchaste ni se te ocurra venirme a decir que no lo hago). Piensen y maduren.

1.5.14

Día Internacional del Trabajador

Ante tanto aspaviento sobre el Día Internacional del Trabajador, creo que es útil volver a la fuente para recordar por qué se instituyó este día, y qué debemos tener presente en él.
La primera aclaración pertinente es que este NO es el Día del Trabajo sino del Trabajador. Hay una gran diferencia, porque decir Día del Trabajo remite a la ocupación, a la producción, mientras que Día del Trabajador remite a las personas con todo lo que ello implica: pensamientos, derechos, libertades, sentimientos, luchas.
¿Qué se recuerda en los primeros de mayo? Allá por 1886, las condiciones de trabajo propiciadas por la Revolución Industrial aplastaban a todos los asalariados, sin excepción.  Desde el 1° de mayo de ese año en Chicago, gran ciudad de la industria pesada estadounidense, un grupo de sindicalistas anarquistas llevaban a cabo una huelga, protestando por la jornada laboral de ocho horas. El clímax de la protesta llegó el 4 de mayo en el episodio conocido como Revuelta de Haymarket, que lleva el nombre de la plaza donde aconteció. Ese día, en medio de la manifestación pacífica y la represión policial violenta, alguien arrojó, desde el lado de los trabajadores, una bomba. Como resultado se desencadenó un juicio contra 31 presuntos responsables, que fueron recortados luego a ocho obreros, todos ellos declarados culpables entre pedidos de la prensa amarilla de declarar a todos culpables y ahorcar a los extranjeros (demostrando una vez más el carácter histórico de la xenofobia que exhiben la mayoría de los medios de comunicación masivos).
El resultado final del juicio fue la condena a muerte en la horca de cinco de los obreros (uno prefirió suicidarse antes), y la prisión para los otros tres, a pesar de no haber contado con pruebas en contra de ninguno. Actualmente sabemos que el juicio fue una farsa que condenó a los sindicalistas por su ideología y activismo político y no por sus acciones efectivas el día del hecho.
Es en honor a estos héroes de la lucha obrera que celebramos el Día del Trabajador, instaurado por la Segunda Internacional Socialista.
¿Cómo podemos conmemorar este día? En primera instancia conociendo por qué se dispuso, y recordando a los ocho obreros condenados injustamente, a los Mártires de Chicago. Lo ideal sería asistir a alguna manifestación o acto en su honor, pero de no ser posible recomiendo reflexión. Hay muchos temas, pero me parece que lo más importante a repensar en días como hoy son el sistema en que nos vemos inmersos y del que no podemos escapar, qué lugar ocupamos en él, si somos conscientes de ese lugar, cómo podemos continuar la lucha obrera en pos de una mejor sociedad, cuáles son las actitudes a cambiar para comenzar a salir del sistema, cómo reaccionamos ante la explotación, etc.
Que la lucha de los Mártires de Chicago no haya sido en vano depende de todos nosotros, de que decidamos continuar esa lucha desde donde podamos. Yo la continúo desde mi humilde lugar en un medio de comunicación, a la espera de poder hacer algo más para cambiar la sociedad en que vivimos.
Conmemoremos como se debe un día que es de lucha para todos.

21.4.14

Llora Macondo, llora América Latina

     Tres grandes pensadores se nos fueron esta semana que pasó, de diferentes tipos pero grandes pensadores al fin: Ernesto Laclau, teórico político argentino; Eliseo Verón, semiólogo argentino padre de la noción de semiosis social; y Gabriel García Márquez, reconocido escritor y periodista colombiano.
     ¿Tiene sentido abundar en detalles sobre la obra de cada uno? Yo creo que no, y menos en la era de la Internet, donde si estás leyendo esto podés tranquilamente googlearlos y enterarte. Pero sí me parece importante destacar que eran tres intelectuales reconocidos a nivel internacional, y dos de ellos eran argentinos. Esto significa que antes de juzgar que nuestra cultura no vale nada, y que no podemos aportar nada a la vorágine de contenido producido desde las esferas hegemónicas del mundo, deberíamos tratar de conocer cuáles son nuestros "productos de exportación" nacionales y continentales. Si hiciéramos eso, nos encontraríamos con un número muy grande de pensadores y literatos que llevan la cultura argentina y latinoamericana al mundo, y que son muy reconocidos, citados e incluso admirados.
     La lección es conocer antes de juzgar. No podemos caer porque sí en el pensamiento apocalíptico de decir que nuestra cultura está en crisis, o ha desaparecido por completo (autores como Liliana Bodoc y Sergio Bizzio lo desmienten, así como la gran cantidad de estudiantes universitarios cuyas investigaciones llegan a círculos de debate internacional). Si no sabemos, es mejor callarnos, porque lo único que contribuye a una crisis de nuestra cultura latinoamericana es nuestro gran talento para decir pelotudeces sin saber.

13.4.14

Acá el que lincha es el capitalismo

La violencia está, últimamente, a la orden del día en nuestra sociedad. Ni siquiera hace falta un medio de comunicación masiva para verla: nos basta con salir a la calle y observar un rato a la gente para percibir que el aire está cargado de intolerancia, que nuestra sociedad es como una bomba de tiempo. Y a veces las bombas estallan.
En estas dos semanas apareció una nueva modalidad de violencia, que en realidad es muy, muy vieja: los linchamientos. Un acto de barbarie que quiere ser justificado detrás del hartazgo por la inseguridad, cuando en realidad bajo ese puente corre bastante más agua.
La bomba estalló con el caso de David Moreira, linchado por ochenta personas acusado de robar una cartera, y fallecido tras cuatro días de agonía, y parece no tener fin. Dentro de los argumentos de los linchadores había robos y abusos; en algunos casos lincharon gente inocente. ¿Qué nos pasa? Ahora la violencia, y esta forma particular, se han vuelto habituales, por lo que asumimos que son normales. NO. Una cosa es que algo sea habitual, que quiere decir que suceda siempre aunque esté mal, y otra muy diferente es que sea normal, que quiere decir que debe ser así, que no hay alternativa, y que en algún punto está bien. Pero la violencia ni debe suceder, ni es la única opción, ni está bien de ninguna manera.
Que quede claro: yo no justifico ni el delito ni la inseguridad. Sin dudas robar está mal…pero matar a golpes en proporción de ochenta a uno también. Los linchadores están hartos y puedo entender la bronca de una persona que ha sufrido demasiado la inseguridad, pero no puedo justificar la violencia con que responden a la violencia, porque nos lleva a un círculo vicioso. Una cosa es detener al ladrón y entregarlo a la policía (más allá de que ésta cumpla o no con su deber) y otra muy diferente molerlo a golpes hasta abrirle el cráneo. Si sumamos a esto el hecho de que algunos linchamientos fueron filmados, se agrava la situación. La “justicia por mano propia” está mal denominada: merece llamarse venganza. Y no va a llevarnos a ninguna parte más que al desastre.
La venganza convierte a la víctima en victimario, le hace cargar con la culpa de su acción negativa, y la pone al mismo nivel que su agresor. Parece haber un doble estándar altamente polémico: está mal que me arrebaten la vida para robarme (que está mal, claramente, porque matar siempre está mal) pero que yo arrebate la vida porque me robaron está bien (que no lo está, porque estoy continuando y agravando la espiral de violencia).  Todas las vidas valen lo mismo, aunque no se respete la vida ni de víctimas ni de victimarios. Lo que debería suceder es un correcto proceso judicial y una condena, pero eso suena como una utopía irrealizable en una nación cuyo sistema judicial es una burla cruel.
Un fenómeno de este tenor tiene infinitas causas y es imposible hacer un acabado análisis de todas. Sin embargo creo pertinente nombrar algunas, y explicar por qué creo que se encuentran en la raíz del problema.
La inseguridad sin dudas es una causa de esto: nuestra sociedad ha dejado de sentirse protegida ante el delito que vive todos los días como algo casi cotidiano. La inseguridad está siempre de la mano, en nuestro país, del mal funcionamiento del sistema judicial, y de la incapacidad policial (que aunque hagan bien su tarea no pueden evitar que la justicia los deje libres). Sin embargo, la inseguridad es más que eso, y hay otras causas que subyacen debajo de ella que nos ayudan a comprender esta espiral de violencia creciente.
Fundamentalmente aparece la pobreza estructural, la que nunca se va, el fantasma que aqueja siempre a la sociedad. Esta pobreza y las desigualdades sociales que generan que muchos chicos nazcan en familias humildes, que no tengan para comer, que no puedan educarse, y que se vean obligados a tomar caminos desfavorables para ellos y para todos. Una vez más, no justifico el delito, para nada; simplemente hago notar que, para parafrasear a Científicos del Palo, “cuando uno nace entre las chapas, la vida viene medio oxidada”.
Y el Estado, ¿qué papel cumple? Sin dudas uno fundamental: el de no estar o no poder resolver. Un Estado ausente que falla en su función de garantizar un cierto bienestar social basado en  la igualdad, y que luego no puede controlar las consecuencias de la desigualdad y la violencia que ésta genera. La inseguridad nace en parte de esa desigualdad.  Sin embargo, la ausencia o la incapacidad del Estado no nos autorizan a tomar en nuestras manos la función de la justicia. Hace siglos, delegamos ésa y otras funciones en manos del Estado; si decidimos hacer “justicia por mano propia”, estamos destruyendo aún más al Estado y retrocediendo varios siglos en la historia.
Nuestra sociedad sufre la violencia. El tejido social va perdiendo su función solidaria, de generar lazos, y se convierte en la cuerda del verdugo, en una horca que asfixia a los más desprotegidos. Los linchamientos muestran una realidad: la lucha del pobre contra el pobre, o el pobre contra la clase media trabajadora, mientras algunos pocos disfrutan de las ganancias de la división. Divide y reinarás. Y quien reina es el sistema perverso que enriquece a pocos, y empobrece a muchos.
Robar está mal, y linchar también está mal, sea la persona culpable o no (porque sucede que la mal llamada “justicia popular” aplica la Ley del Talión sin esperar pruebas suficientes de la culpabilidad de la persona). La violencia nos asfixia, nos envuelve, y parece no tener fin. Hemos vuelto a la Edad Media en lo tocante a la justicia, pero conservamos las características de un sistema económico-social perverso y desigual nacido en la Edad Moderna.
Si quieren linchar linchen al sistema, que de linchar gente ya se encarga él.


2.4.14

Malvinas hoy: entre las trabas diplomáticas y los dobles estándares

Aclaración pertinente sobre el texto: fue escrito para ser dicho en el acto de hoy de la Asociación de Veteranos de Guerra de Luján, por lo que algunas formas corresponden más bien a la oralidad, y existen referencias al espacio circundante. Dicho esto, espero que les sea útil el texto, o adecuado, o informativo, o reflexivo, o lo que quieran agregarle. Importa y mucho que lo que es una reflexión salió de adentro...

Mapa de las islas con sus nombres criollos
Antes que nada, buenos días a todos. Me alegra que hayan venido a acompañar a los ex combatientes y a recordar a quienes ya no están, y me alegra también que todos podamos aprovechar este espacio para conocer nuestra historia y comprender nuestro presente.
Como todos sabemos, el dos de abril es una fecha clave dentro de la causa Malvinas, en la que podemos poner en relieve y reflexionar más profundamente sobre ella, aunque tenemos que tenerla presente todo el año. Y esa reflexión nos lleva a querer saber en qué situación está la causa Malvinas hoy, a 32 años de la locura cometida por la dictadura militar, a repensar cuáles son los caminos que estamos transitando hacia la recuperación de nuestras islas.
A nivel nacional, Malvinas es un caso muy arraigado en el pueblo, que va más allá de los hechos de 1982: tiene un antes y un después de esa fecha, y tiene un hoy. Nuestra Constitución y algunas leyes reconocen a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y sus espacios marítimos adyacentes como parte indivisible e indiscutible de nuestro territorio, y ratifican nuestra legítima e imprescriptible soberanía sobre todas ellas.
A nivel internacional en los últimos años hemos acompañado las disposiciones legales internas con acciones diplomáticas continuas en pos de obtener lo que nos corresponde por derecho. Reclamos ante diferentes órganos de las Naciones Unidas y otros organismos, reuniones con mandatarios y funcionarios, intentos de mediaciones bilaterales y demás caracterizan la insistencia argentina. ¿Y con qué nos encontramos siempre? Con un muro de silencio y desprecio británico. Los ingleses ignoran toda acción llevada a cabo por vía diplomática: responden de manera evasiva o con burlas, se niegan a dialogar, violan las disposiciones de los organismos multilaterales internacionales, roban recursos de las Islas, profanan lugares solemnes argentinos (por ejemplo el acto de vandalismo que sufrió la Virgen de Luján en el cementerio de Malvinas), e incluso efectuaron un rearme que incluyó submarinos nucleares (prohibidos por tratados internacionales multilaterales) y armas de gran porte destructivo en las cercanías de Malvinas, alegando “maniobras rutinarias de práctica”.
Las vías diplomáticas parecen trabadas, tanto en el plano multilateral como en el bilateral, por más voluntad que nuestro país demuestre. Y sin embargo, no nos hemos quedado sin posibilidades.
A partir de la explotación ilegal de petróleo y gas que comenzaron empresas británicas en el Atlántico Sur, que viola nuestros derechos y también disposiciones de las Naciones Unidas, Argentina se vio obligada a tomar medidas un poco más drásticas. Desde el 2010 hasta la actualidad hemos llevado a cabo un bloqueo económico a nivel latinoamericano y caribeño que afecta a las Islas. Ante la oferta británica de que participen empresas argentinas (pero sin que ellos dejen de explotar los recursos que no les corresponden), el gobierno anunció sanciones económicas para toda empresa que opere tanto en Argentina como en las Islas, por ser cómplices del robo inglés. A raíz de este bloqueo es que Gran Bretaña lleva a cabo su rearme y militarización insular, como si quisieran disuadir al gobierno argentino de las medidas exhibiendo su poder militar, para poder continuar con la persecución de sus intereses económicos y estratégicos (en sintonía con la OTAN, que ve la región como una base potencial).
Varios hermanos latinoamericanos realizaron también el bloqueo, como Brasil y Uruguay, demostrando que no estamos solos en esta lucha. Otros apoyos importantísimos en la escena internacional son el ALBA, la CELAC, la OEA, la UNASUR y el MERCOSUR, la Internacional Socialista, el G-77, la Unión Africana, Italia, China, Nicaragua, y muchos otros. Día a día se van sumando más, a medida que se comprenden las intenciones inglesas.
En el marco del bloqueo y el intercambio de declaraciones de ambas partes, Argentina presentó un petitorio ante la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, para ampliar su plataforma continental de las 200 millas habituales a 350, con lo cual la zona usurpada del Atlántico Sur quedaría protegida oficialmente dentro de nuestra plataforma. El Reino Unido ha tenido el descaro de presentar el mismo petitorio. Hasta ahora no hubo respuestas por parte de la Comisión, aunque tengo esperanzas de que el resultado contemple los derechos argentinos y su integridad territorial, pudiendo ser un avance importantísimo en esta cuestión.
Ante tanta insistencia y presión del grupo latinoamericano, Gran Bretaña impulsó la realización de un referéndum entre los habitantes de Malvinas para escuchar “el derecho de libre determinación de los pueblos”. Como era obvio, el resultado fue en un 98,8% por el sí. ¿Por qué digo que el resultado era obvio? Porque, fundamentalmente, la población que habita nuestras Islas fue conformada artificialmente, es decir, que las primeras generaciones fueron súbditos ingleses que vinieron a vivir allí; fueron ingleses toda su vida, y les inculcaron a sus hijos y nietos que ellos también lo eran. La votación pierde validez en este marco; es como si vinieran a preguntarnos a todos nosotros si queremos ser argentinos. Yo respondería que lo fui toda mi vida y quiero seguir siéndolo siempre…
Para nuestro país y en términos legales, al ser esos territorios nuestros, sus habitantes son ciudadanos argentinos de pleno derecho, derechos que son y serán reconocidos por nosotros (lo que una vez más demuestra nuestra buena voluntad al lado de la indiferencia inglesa). Sin embargo, el mundo se maneja últimamente con un doble estándar en esta cuestión: el referéndum de Malvinas les pareció excelente, pero el referéndum por la anexión de Crimea (que es una situación muy similar que ha explotado en estas semanas) fue un escándalo. Si a Ucrania se le reconoce su integridad territorial, entonces a Argentina debería también reconocérsele la suya. Las Islas son argentinas, y ningún súbdito inglés podrá convencernos de lo contrario, aunque esgrima un referéndum como argumento.
En resumen, la situación que se plantea hoy es compleja, pero no imposible. Seguiremos defendiendo nuestra causa por la vía diplomática y por la vía económica, contando con el apoyo de países que repudian el colonialismo imperial británico, inconcebible en pleno siglo XXI; entre esos países se cuentan nuestros hermanos latinoamericanos, con la firme convicción de que una integración regional profunda es una herramienta para salir adelante. Si las Naciones Unidas no pueden hacer más que recomendar el diálogo (puesto que Inglaterra veta el tratamiento del tema en el Consejo de Seguridad), buscaremos otros organismos alternativos para extender nuestro reclamo.
¿Podemos hacer algo nosotros, ciudadanos comunes, estudiantes, trabajadores, mamás, papás? Sí, podemos. Malvinas es una cuestión de soberanía nacional, y la soberanía se construye con esfuerzo, entre todos, todos los días, porque es el derecho que tenemos de elegir nuestros gobernantes, nuestras leyes, y de que se respete nuestro territorio en toda su extensión. Entonces, podemos ser soberanos si votamos con consciencia, si conocemos y respetamos las leyes, si debatimos, si respetamos y cuidamos nuestro territorio. Pero también podemos ser soberanos en pos de una mejor sociedad: si nos respetamos, si aceptamos la pluralidad de opiniones en una democracia, si somos solidarios entre nosotros y fomentamos la fraternidad en lugar de la violencia. Amemos nuestro país y seremos soberanos.
Y para terminar los invito a que miren atrás mío, al mural que con tanto esfuerzo hicieron los ex combatientes. Sería fácil ponerle dos fechas a ese mural: la fecha en que tomaron las islas, y la fecha en que un dictador cometió una irracionalidad. Yo tengo la esperanza de que vamos a poder agregar una tercera fecha algún día: la fecha en que recuperemos nuestras Islas, por la vía de la paz, porque con violencia no ganamos nada sino destruir familias y hacer que la gente sufra. Y ese día va a ser una verdadera fiesta de la patria y la soberanía argentinas. Honremos a nuestros caídos, y amemos a nuestro país. ¡Viva la patria!





8.3.14

Feliz día, mis compañeras de género

         Ser mujer hoy no significa lo mismo que medio siglo atrás. Hoy en día las mujeres tenemos más oportunidades y derechos reconocidos, más allá del camino que falte recorrer. Pensemos solamente que, no hace mucho tiempo atrás, la población femenina no podía votar ni ejercer su deber ciudadano; como este ejemplo hay miles, relacionados con el ejercicio de profesiones, trabajos, hobbies y muchas actividades que se pensaba no debía desempeñarlas una mujer. En pleno siglo XXI, esta idea se está reemplazando, dando lugar a otra que no prohíbe que una mujer realice una actividad…al menos expresamente.
       Cierto es que las nuevas libertades femeninas vienen acompañadas de nuevas presiones. El hecho de ocupar el mismo puesto de trabajo que un hombre nos somete, muchas veces, a tener menor remuneración por igual tarea, o a ser objeto de comentarios insolentes porque nuestro trabajo o carrera universitaria “son de varones”. La discriminación sigue siendo moneda corriente en una sociedad aún marcada por el machismo. Y la violencia laboral no es la única, lamentablemente: los femicidios y la violencia de género se ven todos los días, muchos de ellos siendo muertes anunciadas porque nadie escuchó las denuncias de la víctima. Y por si fuese poco, los medios masivos de comunicación se empeñan en dar a la sociedad una imagen de la mujer que la sigue mostrando como ama de casa radiante, esbelta y con la casa perfecta para cuando llega su marido de trabajar; dan un modelo estético a seguir prácticamente inexistente, que lleva a muchas mujeres a trastornos serios de la alimentación en su afán por parecerse a lo que ven en la pantalla o en las revistas.
     Se avanzó muchísimo para lograr afianzar los derechos de la mujer, pero aún debe avanzarse más.
¿Qué es lo que quiero como mujer hoy?
     Mis pedidos son simples, son básicos, y deberían cumplirse para cualquier ser humano. Quiero equidad, para poder estar al mismo nivel que un hombre sin burlas, cobrando el mismo sueldo si cumplo la misma tarea. Quiero respeto en todos los ámbitos, e igual trato en cualquier actividad que desee realizar. Quiero poder decidir sobre mi cuerpo y sobre mi vida, y no quiero ser violentada ni que otras mujeres lo sean.


       A las demás mujeres en su día tengo algo que decirles. La sociedad y los medios no definen quiénes son ustedes ni el lugar que ocupan: no los dejen hacerlo. Quiéranse y respétense, amen su cuerpo como es, que así es perfecto (y cuídenlo), y crean en ustedes. La mujer que se quiere y respeta es soberana de sí misma, y así puede lograr lo que quiere hacer, le pese a quien le pese. 
    ¡Feliz día de la mujer!

Rebirth

Hoy tuve una decisión loca, borré todas las entradas viejas del blog, y decidí empezar a publicar por acá mis textos periodísticos de Red Modulada, y demás. Locuras que una tiene cada tanto...resulta que ahora soy bloggera.
Pochoclo Cósmico 2.0